Cacao Pico revoluciona el tardeo en El Puerto de Santa María con su nuevo Picolino, el carajillo portuense
La histórica destilería, con más de dos siglos de tradición, lanza una innovadora propuesta para disfrutar de su emblemático licor en tres versiones adaptadas al ocio actual.
El Puerto de Santa María sigue demostrando que tradición e innovación pueden ir de la mano. Destilerías Picó, todo un referente del patrimonio gastronómico local, ha presentado el Picolino, una original versión portuense del carajillo con la que busca conquistar el cada vez más popular tardeo.
La nueva propuesta utiliza como base el inconfundible Cacao Pico, un licor único en España que la destilería elabora desde hace más de 200 años en El Puerto. Según explica Pablo Merello, responsable de la firma, “hoy la gente demanda bebidas menos fuertes para las tardes de ocio, y la combinación de chocolate y café resulta ideal para esos momentos”.
Tres formas de disfrutar el Picolino
El Picolino se ha concebido en tres versiones distintas, pensadas para adaptarse a diferentes gustos:
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Picolino Clásico: mitad café expreso, mitad Cacao Pico, servido con hielo.
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Picolino Shakeado: con los mismos ingredientes pero agitado en coctelera, lo que aporta una textura más cremosa.
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Picolino Affogato: una propuesta golosa, en la que sobre una bola de helado de vainilla se vierte café y licor al gusto.
Un licor con dos siglos de historia
El Cacao Pico celebró en 2024 su bicentenario, consolidándose como una de las bebidas más emblemáticas de la provincia de Cádiz. Su elaboración mantiene un proceso casi artesanal que ha pasado de generación en generación.
Todo comienza con el tostado del cacao en horno de leña, en una máquina de mediados del siglo XX que intensifica los aromas del fruto. Tras ser molido, se mezcla con alcohol de 96º y se deja macerar durante tres meses en recipientes de cristal, hasta que el alcohol absorbe todo el carácter del cacao. Posteriormente, el líquido pasa a los alambiques, donde se somete a un proceso de calor y frío, obteniendo un licor intenso que se suaviza con agua y almíbar.
Este método, prácticamente inalterado desde sus orígenes, es el secreto de un licor que ha acompañado a generaciones de portuenses y que ahora, con el lanzamiento del Picolino, se adapta a las nuevas tendencias de consumo.
Con esta apuesta, Cacao Pico no solo mantiene vivo su legado histórico, sino que se proyecta hacia el futuro, posicionándose como una bebida imprescindible en la cultura del tardeo gaditano.